miércoles, 11 de enero de 2012

Las negociaciones para la reforma laboral, cerca de fracasar





Patronal y sindicatos sólo llegan a acuerdos sobre de baja importancia, estando todavía pendientes la contratación y los salarios. El plazo acaba el 13 de enero.
Hoy en día, parece que la fecha tope para que patronal y sindicatos lleguen a un acuerdo para la reforma laboral no va a ser suficiente. Las reuniones entre los principales sindicatos (CCOO con Ignacio Fernández Toxo y UGT con Cándido Méndez a la cabeza) y la patronal (CEOE, con Juan Rosell al frente) no están teniendo los resultados esperados, ya que se están alcanzando soluciones en los temas de menor importancia, pero no en los principales puntos a reformar. La fecha límite, el 13 de enero, se acerca, y no parece que para entonces se vaya a llegar a un acuerdo respecto a la citada reforma laboral.

Solicitud de prórroga

El presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, estableció como fecha límite para que patronal y sindicatos llegaran a un acuerdo el siete de enero. Cumplido el plazo, les dio una semana más para llegar a un punto en común.
Si este acuerdo no se alcanza, todo hace indicar que será el Gobierno quien legisle directamente. Así lo indicó ayer martes el propio Mariano Rajoy en una reunión con los parlamentarios del Partido Popular: “Respetaremos los acuerdos en materia laboral del diálogo entre los agentes sociales, en los puntos donde no haya acuerdo legislaremos teniendo en cuenta el interés general” comentó el presidente. La fecha tope para legislar la nueva reforma laboral será el 15 de febrero.
Ayer, los dirigentes Ignacio Fernández Toxo (CCOO), Cándido Méndez (UGT) y Juan Rosell (CEOE) pidieron al Gobierno algo más de tiempo para avanzar más en las negociaciones.
Pero no hay buenas perspectivas: hoy miércoles, Arturo Fernández, vicepresidente de la CEOE se ha mostrado muy pesimista y ha dado prácticamente por rotas las negociaciones: “Hemos intentado llegar a acuerdos con los sindicatos, pero no estamos llegando a pactos importantes para la reforma laboral que están pidiendo empresarios, trabajadores, y que se nos pide desde fuera”.

Pequeños acuerdos

Por el momento, sólo se han llegado a una serie de acuerdos respecto a temas que se pueden considerar “menores”, como pueden ser el absentismo laboral, las mutuas o los festivos.
Sindicatos y empresarios han acordado que los médicos de las mutuas tengan mayor capacidad de gestión en la gestión de altas y bajas, así como la que las empresas participen en el gobierno de las mutuas en función de su tamaño. Igualmente, los trabajadores podrán participar en los órganos de gobierno de estas entidades.
En cuanto a los festivos, también se ha acordado solicitar al Gobierno que algunos de ellos se trasladen al lunes, como son los días 15 de agosto, 1 de noviembre y 6 de diciembre. En cambio, otros, como el 1 de mayo, el 12 de octubre o el 25 de diciembre, no se trasladarán al lunes.
Otros acuerdos alcanzados son:
•Un mejor proceso de solución extrajudicial de conflictos,
•Renovación de los convenios de formación profesional para el empleo,
•Solicitar al Gobierno que mantenga las jubilaciones anticipadas y prejubilaciones
•Y por último, solicitar al Gobierno que también mantenga la prórroga de las bonificaciones y la reposición de prestaciones por desempleo en los ERES de suspensión y reducción temporal de jornada.

Desacuerdos en los principales temas

Por el contrario, las diferencias son grandes, muy grandes, en los principales puntos en discusión. Así, la patronal pide la simplificación del gran número tipos de contratos existentes, más de cuarenta, y la creación de un contrato indefinido con una indemnización por despido improcedente de 20 días por año trabajado, con un límite de un año, algo que los sindicatos no están dispuestos a asumir.
Otro asunto sin acuerdo es el de la subida salarial: los sindicatos están dispuestos a aceptar la congelación salarial en los años 2012, 2013 y 2014, siempre y cuando pasado ese tiempo los trabajadores recuperen su poder adquisitivo: pero la patronal pide esa congelación salarial, pero sin una recuperación del poder adquisitivo tras ese período.
Por último, también está lejano el acuerdo sobre la supresión de la vinculación de las subidas salariales al IPC de forma mecánica, como se hace ahora, y sustituirlo por variables como la productividad o el déficit exterior.

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